El Tren


Gracias. Por esos tres días intensos, detonados por mi artículo del domingo. Exacerbado el Espíritu (¡¡y el Ego!!) por el éxito en Globovisión con William Echeverría, el lunes: la alegría de que la gente te pregunte en la calle si era verdad lo que dije acerca de la rigurosa visión capitalista de mi madre-bodeguera. En la tarde: la radio, con Gladys Rodríguez, talentosa y bella. El martes, discusión dura con una querida tesista doctoral: el margen ético de nuestros empresarios comerciantes; y ayer, miércoles, otra vez la radio con un pana de Puerto Ordaz, agudo y amable. Gracias a todos y ojalá cuaje la idea de William de institucionalizar, en la TV, la enseñanza de la economía.

Pero falta lo mejor, la carga de dinamita que llevó la tensión espiritual de esos tres días al clímax: el encuentro con «La gente de Valencia», ese magnífico grupo de amigos que ya mencioné en mi artículo anterior, empeñados en promover la vital discusión de un Proyecto de País que tiene nombre propio: El Tren, Talleres para la Reconstrucción Nacional. Gracias por esa magnífica reunión con gente de Fedecámaras. Noel Álvarez y Jorge Botti, quienes -según las boberías de Marx- vendrían a ser los exponentes máximos de la «Explotación del hombre por el Hombre». Y gracias finalmente, por ese almuerzo-remate, para discutir El Tren con tres lúcidos amigos.

2.- Economía, Sentimientos y Valores. Mi embriaguez espiritual comenzó con un mail de un lector, molesto con mi artículo: ¿Cómo se le ocurre a usted, «señor» Gómez, decir que la economía se le puede aplicar a los sentimientos y, mucho menos, a la moral? ¿Cómo es eso de que si la Bondad fuese abundante dejaría de tener valor? ¡Que bríos tiene usted! Pues sí, mi querido «señor», si fuésemos profundamente éticos y afectivos, si la solidaridad, la compasión y el Amor al Prójimo nos desbordasen, si no fuesen tan escasos, evidentemente dejarían de tener valor. Lo esencial del Proyecto de País es que podamos parir, para enfrentarnos a Chávez en los próximos 20 o 30 años (porque después del 2012 vamos a tener que calárnoslo como jefe de la Oposición), tendría que ser el desarrollo una noción de Lo Humano infinitamente más profunda que esta visión tontona y lamentable que ahora tenemos.

3.- ¿Por qué eran tan caras las perlas… cuando no se las cultivaba? Es un acertijo que inventó un economista de finales del siglo XIX y que los amigos lectores -y los televidentes de William Echeverría- tendrán que resolver como Homework. Analice la pregunta: ¿Eran caras las perlas porque había que ir a buscarlas al fondo del mar o se las iba a buscar al fondo del mar porque eran caras? Una de esas dos alternativas sintetiza la zonza Teoría Marxista del Valor Trabajo y la otra, la poderosa Teoría Burguesa de la Escasez para explicar del valor de los bienes. Detecte usted ¿cuál es cuál?

4.- Y unas últimas gracias: para un querido amigo, Thaelman Urgelles, por esa intensa discusión en el taxi, ayer, regresando del almuerzo. Sí, hermano, en la construcción de ese Proyecto de País -y en la búsqueda de un fundamento sólido para la Ética- hay que insistir no en la espiritualidad, sino en la religiosidad. Con todo mi respeto -con cariño, como le decía John Magdaleno ayer a Noel Álvarez, para poder decirle cosas fuertes- la espiritualidad es un término anodino. Para enfrentar a Chávez en esos 20 o 30 años, en los que fastidiosamente tendremos que cargar con él, hay que generar una noción de Religión… ¡¡y otra de Dios!! mucho más fértiles y profundas que esos dogmas medievales, primitivos y fundamentalistas que aún atesoramos.

Publicado por Emeterio Gómez en El Universal el 6 de febrero de 2011.

3 pensamientos en “El Tren

  1. gerardo acurero dice:

    comparto a plenitud el hecho que tenemos que dejarnos de tonterias y empezar a hablar sin miedo sobre el capitalismo como la via para alcanzar el progreso ,como el medio para crear riqueza y hacer que cada dia hayan menos pobres y es precisamente a este sector de la poblacion que debemos dirigir este mensaje .

  2. Francisco E. Castañeda M. dice:

    En relación con tu pregunta ¿Por qué eran tan caras las perlas…? En nuestro artículo intitulado: «Inicio de los intercambios interétnicos en la región insular neoespartana» publicado en el Diario SOL DE MARGARITA, el 27-XII-2010, señalo lo siguiente:
    En los comienzos del siglo XVI, pequeños grupos de colonos peninsulares radicados en La Hispaniola arribaban, periódicamente, al territorio insular cubagüés con la finalidad de «rescatar», es decir, trocar e intercambiar diversos productos y mercaderías de origen europeo por perlas y aljófares.
    A pesar de los pingües beneficios obtenidos por los colonos hispanos con estos intercambios, creemos, sin embargo que dichas transacciones estuvieron determinadas en gran medida por los criterios valorativos propios de cada una de las partes intervinientes en tales relaciones así como también, por lo que en la Antropología Económica se conoce con el nombre de «escasez relativa de bienes», referido básicamente al hecho de que la carencia o insuficiencia de una mercancía o producto en particular es, en definitiva, lo que determina su valor. Es decir, mientrasexista o haya abundancia de un bien, su cotización será muy baja; no así, en caso contrario, pues, esta circunstancia hace que aumente su demanda y por ende su valía. De allí, entonces, que para nuestros pobladores autóctonos la rica y sustanciosa pulpa contenida en la madreperla era valorada significativamente como importante fuente proovedora de nutrientes alimenticios, lo cual no era lo suficientemente reconocido en términos similares para con la perla como tal, aun cuando ésta era apreciada sustantivamente como un atractivo acccesorio ornamental femenino y también como un valioso producto de intercambio en las relaciones comerciales mantenidas con las otras etnias establecidas en la región costera comarcana. El siguiente testimonio del cronista Martín Fernández de Navarrete confirma lo antes expuesto cuando refiere que los indios»hacían pesca abundante de estos ostiones porque de su carne hacían ordinario alimento y servían de las perlas, ya para sus collares y otros adornos de sus personas, ya para comerciar con las naciones vecinas y
    adquirir «guanines» (joyas elaboradas por los orfebres indígenas mediante la aleación de oro y cobre.N.A.), éstos, por ser raros y estimados se cedían con gran dificultad; pero sin niguna las perlas tenidas en menos porque abundaban mucho» (citado en E. Arcila F. (1973) Economía Colonial de Venezuela, T.I. p.:49). Para los colonos hispanos, por el contrario, formados bajo otros criterios valorativos donde el interés crematístico y la desmesurada ambición por la riqueza fácil normaban su existencia cotidiana, la perla era considerada como un artículo suntuoso, una alhaja muy costosa, sumamente solicitida en virtud de su escasez (para ea época se traía de Ceilán, hoy Sri Lanka) y uso restringido fundamentalmente a la realeza y aristocrática nobleza. De allí, pues, que cuando los europeos manifestaban su regocijo por la manera como engañaban a los indígenas con estos intercambios tan desiguales, éstos también expresaban su contento «pensando que iban engañados los cristianos que adquirieron en sus rescates más de 150 «marcos» de perlas» (Las Casas, citado en Arcila, op.cit.: 52. Un «marco» era equivalente a 230 gramos.N.A.). De igual manera y dentro de este mismo contexto vemos como en el año de 1517, el piloto Antonio García declaró haber visto a dos marineros castellanos entrgar a los indios «una espada y un machete a cambio de un gato y un papagayo» (citado en E. Otte (1977), Las Perlas del Caribe, p.142).
    Cabe destacar que como resultado de estos intercambios, el instrumental de hierro adquirido por la población autóctona representó un importante salto cualitativo en el tiempo pues lograron pasar de una etapa caracterizada por el uso de herramientas elaboradas con base en piedras, huesos y conchas, a la Edad de Hierro, obteniendo, en consecuemcia, un mayor rendimiento y beenficio en la ejecución y desarrollo de sus actividades productivas. A este respecto, el historiador Arcila Farías ilustra este acontecimiento de la manera siguiente: «el cuchillo tuvo que representar una innovación tan importante como el empleo de la electricida en la sociedad civilizada» (op.cit.:53).
    De esta manera aspiramos haber dado respuesta a su interesante interrogante presentada en su tan leído espacio del Diario El Universal.
    Atentamente,
    Francisco E. Castañeda M.

  3. alejandro martinez dice:

    la zonza Teoría Marxista del Valor Trabajo es = Eran caras las perlas porque había que ir a buscarlas al fondo del mar.
    Teoría Burguesa de la Escasez para explicar del valor de los bienes es = se las iba a buscar al fondo del mar porque eran caras.

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