Los valores: ¿son absolutos o relativos?


En mi curso de los jueves, discutiendo acerca de Jesucristo, la crítica brotó dura: «Usted tiene años diciéndonos que los valores morales son relativos; que matar, mentir o robar es bueno o malo dependiendo de las circunstancias, que no es difícil imaginar situaciones en las cuales ¡¡no matar sea malo!! Y ahora NOS SALE con que se convirtió al Cristianismo, siendo que para éste los valores son radicalmente absolutos. ¿Podría explicarnos esa contradicción? ¿Se imagina usted frente a un feligrés humilde preguntándole que CÓMO ES ESO que, a veces, matar es bueno? ¿Qué va a decir si un niño le pide un ejemplo de cuándo es legítimo robar?».

Mira, vayamos por partes: después veremos cómo se lo explicamos al feligrés o al niño, pero abordemos ahora el problema de fondo, el conceptual, la aparente inconsistencia que señalas. El punto de partida es la necesidad de diferenciar DRÁSTICAMENTE entre el Mundo y el Espíritu, entre la esfera de lo Natural y la de lo Sagrado. En el Mundo, todo lo que existe, ABSOLUTAMENTE TODO, es RELATIVO; cada ente depende de todos los otros, ES en relación con ellos… todo efecto tiene causas y viceversa. Nada define mejor al Mundo que la palabra «depende». Todo en la realidad empírica… DEPENDE… de ene factores.

En el Espíritu, en cambio, ¡¡tenemos acceso a lo Absoluto!! Y ésta es la noción clave de las religiones, incluido el Cristianismo. Aunque resulte altamente fastidioso, vale la pena repetirlo: cuando estás ante una VERDADERA DECISIÓN, o sea, cuando con exactamente la misma rabia, odio, celos o sed de venganza, puedes matar -o no- a alguien; cuando estás precisamente allí, en la INDECISIÓN radical, descubres lo Absoluto o, al menos, una de sus variantes. Porque te percatas de que -como en efecto puedes hacer una cosa o su opuesta- la que escojas no dependerá para nada de razones ni de contextos, esto es, no guardará relación ni será relativa a nada… salvo a tu Decisión. ¡¡Que -por ello- devendrá Absoluta!! Lo que hagas, matar o no, te saca de este mundo, te coloca en EL MÁS ALLÁ, enOTRA DIMENSIÓN, que nada tiene que ver con ésta en la que vivimos. Esa dimensión es Sagrada porque en ese INSTANTE EXISTENCIAL tú puedes, libremente, imponerte -o no- a ti mismo el Bien, la Justicia o la Piedad. Puedes apelar -o no- a Dios, que es idéntico a los valores. ¡¡Aunque también es idéntico a la angustia infinita que sientes cuando descubres que la Razón no te ayudará jamás a DEDUCIR tus DEBERES!!

Las decisiones -cuando son verdaderas- son como rendijas, pequeñas fisuras en la realidad Natural, que nos conectan con Dios. Es esa pregunta que -seamos ateos o creyentes- nos viene a la mente cuando estamos ante una VERDADERA DECISIÓN, trascendental o nimia: «Dios; y ahora ¿qué hago?». Pero, menciones o no a Dios, seas creyente o no, resultará evidente que cualquiera de las dos opciones que asumas creará realidades distintas, ¡te convertirá en Creador! Que es por lo que somos, en serio: «Imagen y semejanza de Dios». Porque dicha DECISIÓN no se relaciona con nada, ni tiene absolutamente que ver con nada, la impones tú, libremente, ex nihilo, a partir de la Nada. Un animal -el ASNO DE BURIDÁN, por ejemplo-, puesto ante dos haces de heno igualmente apetitosos ¡¡NO está ante una DECISIÓN!! Escogerá uno de los dos, no porque ASUMIÓuna opción, sino porque se dejó llevar por algún impulso o instinto. Porque los animales no tienen la dimensión de lo Absoluto, que es lo que en última instancia nos diferencia de ellos. Que no se conectan con Dios, con lo insondable, ¡¡nosotros sí!!

Publicado por Emeterio el 9 de mayo de 2010 en El Universal, Notitarde y Los Andes.

3 pensamientos en “Los valores: ¿son absolutos o relativos?

  1. Luis S. dice:

    Estimado Profesor:
    ¿Todo lo espiritual es sagrado?
    ¿Espiritualidad es lo mismo que religiosidad?
    ¿Hay decisiones «verdaderas» (importantes), y otras que no lo son tanto?
    No es necesario explicarle a nadie que matar, a veces, puede ser bueno. Es perfectamente entendible, es algo sobre lo cual todos tenemos una innata noción.
    Crear realidades distintas es lo propio de los humanos, de hecho, han creado a dios a su imagen y semejanza (y varón, además).
    Lo absoluto, lo insondable, lo infinito… ¿eso es dios? O le hemos puesto ese nombre por comodidad, para evitar el terror que nos provocan esas palabras? El terror y el dolor de comprobar que no hay un orden, ni un plan, ni un sentido en la creación.

  2. Alberto Porras dice:

    Me parece todo un acontecimiento transcendente, su llegada al cristianismo y su peculiar experiencia de encuentro con Jesucristo. Lo cual, denota de su parte, más allá, de sus conocimientos filosóficos y teológicos, que usted puede aportar a la cristiandad católica y reformada de Venezuela; una vivencia existencial mística, una irrupción de lo sagrado en su vida. Lo felicito y le doy gracias a Dios Trino por ello. Considero, al igual que Mircea Eliade, que nuestra existencia terrenal, deviene, entre espacios y tiempos sagrados y profanos, es decir, comunes o racionales, y transcendentales.

  3. Antonia dice:

    Su artículo es sencillamente hermosísimo. Aunque lo difícil es tomar una decisión «verdadera». La vida espiritual entraña procesos de purificación inevitablemente, porque nuestros pensamientos, sentimientos y decisiones se encuentran teñidas de nuestros «depende»… La psique humana es compleja y cuando se toman decisiones, es difícil saber qué subyace allí.
    Tal vez la decisión verdadera sea la de la Fe. Creer o no. ¿Por qué alguien cree en Dios o no cree?.
    La cultura cristiana no influye en esta decisión. La Fe viva y verdadera es muy distinta de lo que se recibe a través de nuestra cultura, aunque ésta ayude. Pero, para mí, lo misterioso es el amor. Estoy segura de que del amor nace la fe y no lo contrario ¿Cómo puede ser esto? No lo sé.

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