Felipe González: ¿anclado en 1978?


¿Sabrá cómo influir o presionar políticamente para que el Capital asuma una dimensión moral?

Soy devoto de Felipe desde que en 1978 cambió a Marx por el Capitalismo. En Europa, los intelectuales más lúcidos apenas barruntaban la zoncera de aquél; y en ese contexto, un joven político los rebasa y se enfrenta a su propio Partido -socialista y obrero- exigiendo la renuncia al marxismo. El PSOE dijo NO, Felipe dijo «entonces yo me salgo», el PSOE: «sálgase»& y a los tres meses: «regrese». España y el Capitalismo habían ganado la pelea& ¡y yo, un trauma! España, liderada por un Partido Socialista, se lanzó en brazos del Mercado& y yo me quedé -al parecer para toda la vida- soñando conque algún político nuestro ¡¡tanto o más brillante que González!!, renunciara también a Marx y asumiera el Capitalismo.

Según Felipe –EL NACIONAL del 30/11- Europa, EEUU y el mundo, confrontan problemas estratégicos serios. Retos que van mucho más allá de la crisis financiera y que amenazan los cimientos del Modelo que él asumió en 1978. Oigámoslo: «Por eso prefiero hablar de este CAMBIO CIVILIZATORIO que empezó hace 20 años, con la caída del Muro de Berlín&; de su impacto en Iberoamérica y de los retos que debemos afrontar& En Europa hay desasosiego y una cierta impotencia& Somos más viejos, menos productivos ¡¡Y TENEMOS DIFICULTADES PARA CAMBIAR EL MODELO EXITOSO QUE YA NO ESTÁ VIGENTE!! En EEUU, que ha estado a la cabeza del cambio tecnológico& se percibe el momento como de emergencia nacional y mundial. ¡¡ESTÁN EN UN PROCESO DE REVISIÓN DE CASI TODO!!» (las cursivas y admiraciones son mías).

Con ese diagnóstico tan sólido, con ideas tan poderosas y acertadas como «Cambio Civilizatorio» o la quiebra de un «modelo exitoso que ya no está vigente», las propuestas de Felipe son, sin embargo, lamentables. Frente a la necesidad de transformaciones tan profundas, él termina pidiendo que Iberoamérica «aclare su horizonte estratégico, con objetivos prioritarios& ¡¡para los próximos 10 o 20 años!!». Como si en ese ínfimo lapso se pudiesen producir cambios tan complejos. «La prioridad número uno es& reformar y modernizar el Estado& mejorar el capital humano. La SOCIEDAD del presente y del futuro es LA DEL CONOCIMIENTO. Sin esa variable estratégica que depende de la formación, educación, investigación e innovación& el desarrollo se verá lastrado».

¿Estará Felipe consciente de que -en EEUU, Europa o Iberoamérica- un Cambio Civilizatorio pasa hoy, no por el Capital Humano o la Sociedad del Conocimiento sino por la Responsabilidad SOCIAL y, más aún, MORAL de la empresa capitalista? ¿Sabrá que laSOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO es una antigualla que sólo mencionan los que no se han topado con dos ideas que enfatizan la radical primacía de lo ÉTICO sobre lo COGNOSCITIVO. Una de Wittgenstein: «la ciencia nos resuelve los problemas que no tienen importancia» y la otra -peor- de Albert Camus: «Galileo, en posesión de una verdad científica, abjuró de ella con tranquilidad& Es una futilidad saber cuál de los dos, la tierra o el sol, gira alrededor del otro»? ¿Intuirá González que de verdad estamos ante el reto de un CAMBIO CIVILIZATORIO que exige una fuerte elevación espiritual –MASIVA– de los empresarios, obreros, ¡intelectuales!, profesores, ¡artistas! y, sobre todo, los políticos?

Y aún -asumiendo que Felipe está al tanto de todo esto- ¿sabrá cómo pasar de la Responsabilidad Social a la Responsabilidad Moral del empresario? Es decir, ¿cómo pasar del Capitalismo Social al CAPITALISMO ESPIRITUAL? ¡¡Que de eso se trata!! ¿Sabrá -a despecho del pobre Marx- cómo influir o presionar políticamente para que el Capital asuma una dimensión moral?

Publicado por Emeterio Gómez en El Universal, Notitarde y Los Andes el 6 de diciembre de 2009.

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